Las etiquetas incorporan información clave sobre el aceite.
Al visualizar nuestro aceite en la botella de cristal transparente, su color deja traslucir su secreto de elaboración. Las escalas cromáticas de los aceites recorren un rango amplio de transparencias, anticipando parte de sus detalles gustativos.
Por ejemplo, los tenores de colores amarillos-dorados corresponden a aceites más dulces, extraídos de aceitunas de recolección tardía, mientras que los destellos oscuro-verdosos, propios de líquidos frutados y amargos, provienen de olivas de recolección temprana, donde su período de maduración aún no ha finalizado.
Conviene recordar que dentro de las categorías comerciales aceite de oliva Extra virgen y aceite de oliva para el consumidor sólo se diferencian en el parámetro de acidez que está definido en las etiquetas y no tiene relación con el sabor. La acidez no es parámetro que pueda medirse en boca. Baja acidez únicamente significa frutos sanos. Nuestro aceite Kardamilli posee una acidez del 0,2%.
Para poder mantener intacta la calidad del aceite de oliva extra virgen, este debe haber permanecido bien almacenado en un lugar oscuro a temperaturas no superiores a 20ºC donde no se impregne con aromas de otros productos
En cualquier caso, es fundamental observar la fecha de caducidad (“consumir preferentemente antes de…” es un parámetro fundamental para asegurar la calidad del aceite de oliva extra virgen. En general debe ser consumido como máximo 24 meses a partir de la fecha de elaboración.